Presentación XXXIV Congreso de la AEMN 2015

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Presentación XXXIV Congreso de la AEMN 2015

En nuestro próximo congreso trataremos del  descanso y la actividad  como hábitos saludables, es decir como  conductas que inciden positivamente en nuestro bienestar físico, mental y social, o lo que es lo mismo, que nos pueden ayudar a gozar de un buen estado de salud.

Ya dijo Hipócrates que «Comer bien no basta para tener salud. Además, hay que hacer ejercicio, cuyos efectos también deben conocerse. La combinación de ambos factores constituye un régimen. Si hay alguna deficiencia en la alimentación o en el ejercicio, el cuerpo enfermará». Existen suficientes datos científicos que concluyen que la actividad física, realizada de forma regular, adecuada y en la justa medida, es una conducta que incide en todos los aspectos que incrementan nuestro nivel de salud. Nos referimos a la actividad física dentro del ocio, concepto acuñado por griegos y romanos, pero reservado entonces para las clases sociales privilegiadas. Ahora obligatorio para los trabajadores, conquistado, tras siglos de lucha, como derecho fundamental. Espacio de tiempo que podemos llenar con acciones que inciden sobre nuestra salud en un sentido u otro.
El descanso diario es vital para mantener el cuerpo y la mente en buen estado durante todo el día. Sin duda, dormir bien es signo y causa de salud.
En la escala de los elementos que sustentan una vida sana, el descanso ocupa un lugar primordial, por encima de la inmensa mayoría de nutrientes a excepción del agua. Podemos vivir durante mucho tiempo sin ingerir alimentos, pero si nos privamos del correcto descanso enloquecemos y enfermamos.

Descanso y actividad, yin y yang, dos aspectos tan vitales y tan poco tratados por la medicina de occidente, tan importantes para la medicina naturista y, paradojicamente de los que tan poco nos hemos acordado en nuestra ya larga historia de congresos  los médicos naturistas de España. Un olvido inexcusable que tratamos de remediar con este XXXIV Congreso de la AEMN, para el que hemos elegido un ámbito idílico e incomparable: una ciudad mágica, con una historia larga y fecunda en lo que se refiere al progreso de la medicina y de la salud de la humanidad, pero sobretodo gracias a no el bienestar, sino al bien vivir o buen vivir, algo de lo que sabemos mucho porque lo hemos ido aprendiendo a lo largo de milenios. Y, además en un entorno acogedor y a la vez una institución científica que es un referente en Europa: el Real Jardín Botánico.