La Universidad de Carolina del Norte realizó, en colaboración con la organización ecologista Greenpeace, análisis de cabello en 1500 mujeres en edad fértil para detectar la presencia de mercurio en ellos. Una quinta parte de las mujeres presentaban concentraciones de
mercurio que superaban los límites establecidos por la administración estadounidense.
Ya en la primavera del 2004 la Food and Drug Administration
recomendaba a las mujeres que deseaban tener hijos que limitaran al máximo el consumo de pescado.
El mercurio es un metal pesado tóxico, que se acumula en peces
y marisco. En función de la dosis, el mercurio daña al sistema nervioso, al sistema inmunitario y al músculo cardiaco, además de poder perjudicar notablemente la fertilidad femenina.
• Este manual, basado en la evidencia científica y en una sólida experiencia profesional, proporciona información de gran utilidad para integrar en la práctica clínica, de manera segura y eficaz, las diferentes modalidades de tratamientos complementarios y alternativos.
• El autor explica cómo las terapias complementarias pueden contribuir a combatir cierto tipo de enfermedades que no responden un fácilmente a los tratamientos tradicionales. Se presentan así los tratamientos integrativos para un amplio rango de enfermedades, incluidos el autismo, la apoplejía, el síndrome de fatiga crónica y varios tipos de cáncer.
• Se estudia la manera de asesorar al paciente acerca del cuidado de su salud y su bienestar. La obra ofrece una serie de consejos sobre aspectos como la meditación, las dietas de eliminación más recomendables, ejercicios de respiración para aumentar la variabilidad del ritmo cardíaco y disminuir la presión sanguínea, así como ejercicios para el dolor de espalda.
• Respecto a las novedades, esta segunda edición Incluye 24 nuevos capítulos y una nueva organización del contenido con múltiples nuevos títulos y subtítulos de sección. Proporciona directrices prácticas y clínicas adicionales y reflexiones acerca de la idea de incorporar la medicina integrativa en la práctica clínica.
• Todo ello convierte al manual en una auténtica obra de referencia dirigida a los profesionales de Medicina de Familia y Comunitaria, de Medicina Interna y de Medicina Complementaria.
El autor y director de la obra es el Dr. David Rakel
Director del Programa de Medicina integrativa de la Universidad de Wisconsin
Profesor adjunto de Medicina Familiar
Certificado en Medicina Familiar, Medicina Deportiva, Medicina lntegrativa y Medicina Holística
Autor de múltiples textos y Coautor del libro: Textbook of Family Medicine
Estudió en Baylor College of Medicine y primer egresado del programa de Medicina integrativa de la Universidad de Wisconsin.
Está prologado por el Dr. Andrew Weil y cuenta con 111 destacados y cualificados colaboradores.
Índice:
Parte l. Medicina integrativa.
Filosofía de la medicina integrativa.
Creación de entornos óptimos para la restitución de la salud.
Ambiente y expresión génica.
La evaluación integral.
Formulación de un plan de salud para el paciente.
La creación de nuestro propio plan de salud.
La medicina basada en la evidencia y la toma de decisiones clínicas.
Aspectos comerciales de la medicina integrativa.
Parte II. Enfoque integral de las enfermedades.
Sección 1. Trastornos afectivos.
9. Depresión.
10. Ansiedad.
11. Trastorno por déficit de atención.
12. Autismo.
Sección 2 Neurología.
13. Enfermedad de Alzheimer.
14. Migraña y cefalea tensional.
15. Neuropatía periférica.
16. Esclerosis múltiple.
17. Enfermedad de Parkinson.
Sección 3. Enfermedades infecciosas.
18. Otitis media.
19. Sinusitis crónica.
20. Infecciones virales de las vías respiratorias altas.
21. infección por VIH y sida.
22. Virus del herpes simple.
23. Hepatitis crónica.
24. Infecciones del tracto urinario.
25. Infecciones candidiásicas recidivantes.
Sección 4. Enfermedades cardiovasculares.
26. Hipertensión.
27. Insuficiencia cardíaca.
28. Cardiopatía isquémica.
29. Vasculopatía periférica.
30. Arritmias.
31. Accidente cerebro vascular.
Sección 5. Alergia/Intolerancia.
32. Asma.
33. El paciente alérgico.
34. Síndrome de sensibilidad a múltiples sustancias químicas.
Sección 6. Trastornos metabólicos y endocrinos.
35. Resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.
36. Diabetes.
37. Hipotiroidismo.
38. Osteoporosis.
39. Obesidad.
40. Dislipidemias.
Sección 7. Trastornos gastrointestinales.
41. Síndrome del colon Irritable.
42. Reflujo gastroesofágico.
43. Úlcera péptica.
44. Colelitiasis.
45. Dolor abdominal recidivante en pediatría.
Sección 8. Trastornos auto inmunitarios.
46. Síndrome de fibromialgia.
47. Síndrome de fatiga crónica.
48. Artritis reumatoide.
49. Enfermedad inflamatoria intestinal.
Sección 9. Obstetricia/ginecología.
50. Embarazo.
51. Embarazo prolongado.
52. Tratamiento del dolor del parto.
53. Náuseas y vómitos en el embarazo.
54. Menopausia.
55. Síndrome premenstrual.
56. Dismenorrea.
57. Miomas uterinos.
Sección 10. Urología.
58. Hiperplasia benigna de próstata.
59. Uro litiasis (cálculos renales y vesicales).
60. Prostatitis crónica.
Sección 11. Trastornos musculo esqueléticos.
61. Artrosis.
“Este libro no sólo es una importante contribución a la práctica clínica, sino que señala el camino que seguirá en un futuro”
El ayuno significa la abstinencia de todo alimento por un periodo definido de tiempo, durante el cual el cuerpo sólo se “alimenta” de agua y de sus propias reservas. Si introducimos alimentos en la dieta, por pocos que sean, o ingerimos cualquier otro líquido (caldos, zumos…), no hablamos propiamente de ayuno o ayuno hídrico sino de dieta de caldos, zumos, frutas, o crudos. Estas dietas también son muy beneficiosas para el cuerpo, pero su efecto es algo menor que el ayuno a agua, también conocido como dieta cero.
El ayuno hídrico o dieta cero consiste en mantener al cuerpo bebiendo agua mientras el organismo se alimenta de las sustancias almacenadas en los tejidos grasos, el hígado, el músculo y otras zonas del organismo. En esta situación el cuerpo no deja de comer, sólo se alimenta de sus propias reservas y orienta la energía vital hacia el proceso curativo.
Conviene recordar que el cuerpo no sólo necesita las sustancias nutritivas de los alimentos sino que además nos alimentamos de los cuatros elementos de la naturaleza: la tierra, el agua, el aire y el sol. Una persona sin comer puede sobrevivir varias semanas, sin beber varios días, sin respirar apenas unos minutos, si el sol no enviara su luz, energía y calor no podríamos sobrevivir ni el tiempo entre una inspiración y la espiración que le sigue. Aún cuando es de noche la otra mitad de la tierra está recogiendo su luz, energía y calor y vivimos de ello. Cuando más sutil es el alimento menos tiempo podemos sobrevivir sin él.
En la naturaleza, en el medio silvestre o salvaje, son muy frecuentes los periodos de ayuno. Los animales que hibernan (oso, marmota, lirón) se pasan largos periodos sin ingerir alimentos, sólo asimilando las sustancias nutritivas acumuladas en sus células, tejidos y órganos. Las semillas asimilan sus propias reservas para germinar o brotar en la primavera. Lo mismo sucede en el ayuno, mediante la autodigestión el cuerpo se alimenta de sus propias reservas. El organismo humano siempre tiene un depósito de reservas nutritivas para salir de un apuro de falta de comida durante varios días, o incluso semanas.
Si la situación de ayuno fuera perjudicial el género humano habría desaparecido de la tierra hace siglos, tras múltiples situaciones de hambruna o escasez vividas. Además, todos recordamos casos de personas que tras varios días sin ingerir alimentos y ni siquiera agua, son halladas vivas bajo los escombros de edificios derrumbados por terremotos o desastres naturales.
Por tanto, recalcar que con el ayuno el cuerpo no deja de alimentarse sino que se sustenta con sus propias reservas, a plato puesto. Se alimenta de su propio interior; de los alimentos depositados en sus propias células. Mientras existan reservas almacenadas en el cuerpo hablamos de ayuno.
En las primeras horas del ayuno el cuerpo consume el azúcar (glucosa) que fluye en la sangre y la almacena en el hígado y los músculos en forma de glucógeno, al que se le ha llamado también “almidón animal”. Posteriormente se sustenta de transformar, primero sus reservas grasas y finalmente las proteínas. Únicamente cuando las reservas se agotan, el cuerpo comienza a digerir las partes y órganos más vitales, este periodo es conocido como inanición. La inanición no aparece, en una persona con una constitución más o menos normal, antes de pasar cinco o seis semanas de ayuno. Sólo en personas “consumidas” por un proceso de enfermedad o la anorexia, por ejemplo, el periodo de inanición aparece antes. Mientras el ayuno, guiado por un médico especialista, es favorable a la salud, la inanición se convierte en un proceso grave que como resultado final provoca la muerte.
El cuerpo se cura cuando ayuna, pero enferma y muere en la inanición. Y un médico especialista en Ciencias de la Salud y acostumbrado a controlar ayunos sabe distinguir perfectamente el ayuno de la inanición. Son dos procesos totalmente distintos.
Durante el ayuno el fenómeno de la autolisis entra en acción. La autolisis o autofagia es la autodigestión y el autorreciclaje de las células y los tejidos con la ayuda de las enzimas intracelulares. Es un fenómeno que el cuerpo controla perfectamente y mediante el cual los materiales inútiles son digeridos en primer lugar. El ayuno, debido a que obliga al cuerpo a depender de sus recursos internos, fuerza la eliminación de los derrames, abscesos, depósitos, tumores y la reabsorción de tejidos perjudiciales formados con los años. Los tejidos y órganos enfermos son reparados empleando sus propios constituyentes que incluso se pueden utilizar para nutrir los tejidos más vitales.
El ayuno se convierte así en un tiempo de eliminación o “limpieza” interna. El organismo indica que no es momento de introducir comida sino de eliminar las sustancias de desecho y los residuos tóxicos acumulados con el tiempo. Algo así como “cerrado por limpieza e inventario” o “cerrado por reparaciones”. Las agresiones de la vida moderna son de por sí suficientes para producir una intoxicación corporal general, se exprese o no con síntomas de enfermedad. Y la capacidad desintoxicativa del ayuno pone en marcha la autolimpieza y autorreparación orgánica y ese ayuno puede abarcar desde 14-18 horas hasta varios días. Además, no es necesario enfermar para ayunar, saltarse alguna comida de vez en cuando es prevenir la enfermedad, y ya sabemos que es mejor prevenir que curar. Y para el sistema sanitario, con el enorme gasto actual, sería especialmente rentable.
El ayuno no es una técnica nueva. Desde hace miles de años culturas tanto de oriente como de occidente observaban diferentes periodos de ayuno. El ayuno es un camino olvidado hacia la salud.
El ayuno revitaliza al organismo, siendo el mejor de los remedios para elevar el nivel energético de la persona. Pero aún siendo el mayor medio que yo conozco de curación, es tan aparentemente simple, que en estos años de sobreabundancia de alimentos en occidente no se le ha dado ninguna importancia. En nuestra vida actual y en nuestro entorno rara vez le damos unas vacaciones al aparato digestivo que se ve sobrecargado de trabajo por el exceso de una alimentación no adecuada y artificial. El ayuno es una buena manera de “dar vacaciones” a todos los órganos digestivos, incluidos el hígado y el páncreas.
Toda curación no es tanto un acto médico sino un proceso biológico y el ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los procesos de desintoxicación, limpieza y regeneración. En este sentido el ayuno en si, realmente no cura. Es el cuerpo el que se cura mientras ayunamos. El poder de curación es siempre algo inherente al organismo vivo y ningún medicamento o médico puede llevarse los laureles de la curación. La curación es una cualidad de todo ser vivo, que mantiene en si mismo una parte de la capacidad curativa de las fuerzas de la Naturaleza y del Cosmos.
Cuando una persona ayuna no gasta energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes y esa energía que ahorra la invierte en los procesos de eliminación y autocuración. El cuerpo pone en marcha toda su gran capacidad de autorregulación y autocuración. Y con ello, podemos decir que el ayuno es Terapia Magna.
Durante el ayuno no es momento de comer sino de eliminar, renovar y regenerar. Todo ello se hace guiado por la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que nuestro corazón lata, de día y noche, que nuestros riñones filtren la sangre de desechos, o que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir el cuerpo y sus funciones y neutralice las sustancias tóxicas ingeridas. Esos mismos órganos, al no tener que trabajar en la digestión y asimilación de alimentos, recanalizan su energía hacia los procesos de curación. La inteligencia somática modifica el reparto energético en el organismo, canalizando la energía hacia las zonas donde la desintoxicación y curación son más necesarias.
La desintoxicación primera que ocurre durante el ayuno es la desintoxicación celular. Antes de que las sustancias de desecho y tóxicas sean eliminadas por los órganos de eliminación, tienen que ser expulsadas del interior de cada una de los millones de células y células que pueblan nuestro cuerpo. Desde el interior de las células las sustancias de desecho y tóxicas pasan al líquido extracelular, de éste a la sangre venosa o a la linfa y a partir de ahí a la circulación sanguínea llegando a los órganos de eliminación. El ayuno no sólo “limpia” los órganos de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel) sino que limpia todo nuestro “hogar” por dentro, ladrillo a ladrillo por así decirlo. Una vez avanzada la desintoxicación, el cuerpo puede comenzar la regeneración de las zonas enfermas. El cuerpo elimina los desechos y tóxicos almacenados y regenera las zonas enfermas, siempre que sea posible su regeneración. Este autorreciclaje se conoce como autofagia, y su estudio supuso el premio nobel de medicina para Yoshinori Oshumi en el año 2016. Oshumi mostró y demostró que especialmente el ayuno favorece la autofagia. Pero esta noticia no saltó a los periódicos ni a la TV, no fue de su interés.
Por regla general la eliminación de sustancias tóxicas y la regeneración del cuerpo se llevan a cabo especialmente durante el descanso y la noche. Durante el día la energía se desvía para el Sistema de Relación y debido a ello el cuerpo no puede desintoxicar, limpiar y curarse. Algo así como que durante el día nos desgastamos y “enfermamos” y durante la noche, al descansar, nos recuperamos.
Esto que en el ayuno sucede de forma concentrada y prolongada, acontece todas las noches. Durante la noche, cuando descansamos y dormimos el cuerpo ayuna, se limpia, desintoxica. En palabras de Rudolf Steiner, durante la noche, en el reposo, las fuerzas formativas, regeneran y reconstruyen el organismo. Durante estas horas de reposo y ausencia de comida toda la energía se dirige hacia la recuperación de lo gastado durante el día y a la regeneración de las zonas que han “enfermado”. Por eso, los bebés y los niños pequeños que necesitan mucha energía para sus procesos metabólicos y de crecimiento duermen mucho. Este tiempo de ayuno nocturno termina con el desayuno (des-ayuno) de la mañana.
Contrariamente a la idea que tenemos, el ayuno es más fácil de realizar de lo que imaginamos pues no se pasa hambre e incluso es corriente que el ayuno se acompañe de una sensación de tener el estómago lleno a pesar de solo ingerir agua. La sensación de hambre física pocas veces dura más de unas horas y en el momento que el cuerpo recurre a sus grandes recursos lípidos (grasos) desaparece dicha sensación. De ahí en adelante no hay sensación de hambre durante todo el ayuno, si bien algunas personas sienten algo así como “hambre psicológica”: es más una necesidad psicológica de querer comer que la necesidad fisiológica de comer. El cuerpo no tiene hambre.
Incluso, aunque parezca mentira, hay muchas personas que mientras ayunan disfrutan de ver comer a otras o de hablar de comida o recetas. O como ocurre en nuestro Centro de Salud Vital, de “aspirar” el olor de los alimentos recién cocinados. Todo depende del carácter de la persona, así como de la predisposición y los motivos para hacer el ayuno.
Con cierta frecuencia el ayuno viene acompañado de síntomas de desintoxicación y curación que confundimos con síntomas de enfermedad: nauseas, vómitos, dolor de cabeza, sensación de lengua blanca, boca pastosa, orina muy oscura y olorosa, aliento cargado, etc. Todos estos síntomas indican que el cuerpo se encuentra en proceso de limpieza y puesta a punto. Muestran además la capacidad del organismo de eliminar las sustancias de desecho y tóxicos ingeridos en forma de “comestibles”. Y todos sabemos, que muchos comestibles se pueden comer pero no nos nutren ni nos alimentan.
Cualquier persona que se prepare para ayunar no debe olvidar que con el sólo hecho de mejorar la alimentación y comenzar una dieta sana pueden aparecer síntomas de eliminación, de desintoxicación. Cuando la persona deja de tomar alcohol, café, fritos, grasas, embutidos, conservas, sal… y comienza a comer menos cantidad aparecen algunos de los síntomas que no son más que procesos de desintoxicación o limpieza. No deben confundirse con síntomas de enfermedad. Un alcohólico también se siente mal cuando deja el alcohol y su cuerpo comienza a desintoxicar. Con sólo volver a beber se le quitan todos los malestares.
También es normal que durante los primeros días de ayuno el cuerpo, que empieza a hacer un repaso a todo su interior, parece empeorar y los síntomas se hacen más fuertes, desagradables y molestos. Especialmente cuando hay enfermedades graves o crónicas. Es muy importante saber esto, que al principio todo parece ir a peor, porque si la persona no ve esto como parte del proceso de curación puede concluir que el ayuno es malo o perjudicial. Decir que el ayuno “me hace empeorar” o es malo, es lo mismo que decir que el alcohol o las drogas son buenas porque eliminan el síndrome de abstinencia. El cuerpo durante el ayuno empeora para curarse. Para eliminar los tóxicos antes hay que removerlos, y por ello durante los tres primeros días de ayuno pueden aparecer síntomas de eliminación.
Las enfermedades crónicas pueden comenzar a curarse cuando pasan por una fase aguda inducida por el ayuno. Cuando se ayuna con una enfermedad grave se puede pasar por una época más o menos larga de ligero aumento de los síntomas antes de sentir la mejoría del ayuno. La paciencia y el buen conocimiento de los procesos del ayuno son necesarios en estos casos.
También podemos contemplar el ayuno como una forma de descanso, es el descanso fisiológico, siendo el reposo una de las fuerzas más curativas de la Naturaleza. Durante la abstinencia de alimentos el cuerpo no gasta energía en la digestión y asimilación de nutrientes, descansa, y la energía ahorrada la invierte para curarse. Por eso aconsejamos llevar a cabo el ayuno en un periodo tranquilo y que se haga en unas condiciones adecuadas que permitan el reposo: en un lugar tranquilo y en un ambiente relajado, donde no te presionen para que comas y si es posible en contacto con la naturaleza ya que de esta manera nos podemos “alimentar” del contacto con la tierra, la naturaleza, el agua, el aire y el sol. En el sentido más profundo de la palabra, los cuatro elementos de la Naturaleza nos alimentan.
Durante el ayuno los órganos internos tienen más energía pero los músculos exteriores se quedan con poco impulso para el movimiento. Hay cierta sensación de cansancio y necesidad de descansar y llevar un ritmo más bien lento. El descanso es imprescindible durante el ayuno, especialmente en las personas con poca energía.
Para hacer un ayuno siempre es recomendable la colaboración y supervisión de un médico experto en el control y vigilancia de ayunos y dietas de desintoxicación. A veces pueden surgir complicaciones que sólo el médico experto puede resolver. La realización de un ayuno debe ser el inicio de unas pautas de vida más sana que mantenga los efectos beneficiosos del ayuno. Si tras hacer un ayuno volvemos a los viejos hábitos, los trastornos y enfermedades que curamos irán poco a poco reapareciendo. Tardarán más o menos tiempo, pero siempre acabarán aflorando.
CUANDO ES RECOMENDABLE EL AYUNO
Hablamos de ayuno en nuestra sociedad porque normalmente comemos en exceso e ingerimos muchas sustancias, que se pueden comer y beber, pero que no nos nutren ni nos sientan bien. No tendría sentido hablar de ayuno en los lugares de la tierra donde no tienen que comer y donde las enfermedades no son por exceso y derroche sino por falta, tanto de comida como de higiene.
El ayuno es recomendable después de largas temporadas de comer en exceso. También es conveniente ante un dolor físico o una enfermedad aguda: catarro, anginas, bronquitis, vómitos, diarrea… que muchas veces no son más que crisis curativas o reacciones de limpieza y regeneración orgánica e incluso psicológica y emocional. En general, todas las enfermedades se ven favorecidas por el ayuno terapéutico.
La falta de apetito en la enfermedad es parte de la reacción del cuerpo para curarse, es el mismo cuerpo el que nos dice que dejemos de comer. La desaparición del hambre indica que es un buen momento para ayunar, el cuerpo no quiere ingerir sustancias que le nutran, por el contrario necesita eliminar las que le están perjudicando. Muchas veces lo único que nos pide durante este tiempo es agua, durante unas horas o algunos días. Desaparece el hambre, se mantiene la sed y es momento de beber pero no de comer. Recomendamos un mínimo de un litro de agua al día durante el ayuno, como margen de seguridad, aunque los primeros días podemos beber según la sed que tengamos.
Los animales y los niños ayunan por instinto, dejan de comer cuando sus energías son necesarias en la desintoxicación y en relación. Ayunan en la enfermedad y en los accidentes.
ALTERNATIVAS AL AYUNO HÍDRICO
Hay ciertos casos en los que no se recomienda ayunar, por ejemplo en cánceres muy extendidos, enfermedades graves del corazón y en la insuficiencia renal. En estos casos, es mejor mantenerse unos días a frutas o ensaladas, con alimentos crudos, permitiendo con este tipo de dieta que el organismo ponga en marcha, en la medida de sus posibilidades su proceso de limpieza y regeneración. También cuando queremos o tenemos que seguir cierto ritmo de actividad diaria (física o mental) es preferible mantenernos a crudos (frutas, ensaladas, zumos de fruta, jugos de verduras, frutos secos), ya que al interiorizarse la energía durante el ayuno puede aparecer una cierta sensación de cansancio y la necesidad de mantener un ritmo más lento.
Con el tiempo frío podemos seguir ayunando con caldo de verduras caliente muy ligero o beber agua caliente o incluso ocasionalmente tomar infusiones suaves que nos sepan agradables sin necesidad de añadir azúcar o miel (manzanilla, menta poleo, melisa, anís, anís estrellado, hierbaluisa, regaliz…).
LA DESINTOXICACIÓN DURANTE EL AYUNO
Los residuos de las funciones celulares y las sustancias tóxicas acumuladas en el organismo son eliminados hacia el exterior a través de los Órganos de Eliminación, normalmente tras ser neutralizados. Eliminamos estas sustancias por los riñones (orina), el hígado y el intestino (bilis y secreciones intestinales), el pulmón (aliento), la piel (transpiración y sudoración). Esta capacidad de eliminación aumenta con el ayuno. La mayor parte de la energía del organismo se canaliza hacia su función de limpieza. En efecto, el organismo lleva siempre cierto retraso en su propia limpieza, y se pone “al día” mediante el ayuno.
En algunas personas predomina más la eliminación por la orina, en otros por la bilis, por el aliento o por la piel, dependiendo de su constitución, edad, carácter, bloqueos energéticos…etc. Durante los primeros días de ayuno la orina es con frecuencia muy oscura y olorosa. Cuando la vía de desintoxicación predominante es a través de los riñones la orina está muy cargada (con sedimentos), oscura y olorosa. Si destaca la eliminación por el aparato digestivo, pueden ocurrir síntomas como la boca seca y pastosa, lengua blanca, nauseas y vómitos. Si prevalece la eliminación por los pulmones puede haber un aliento fétido, intestinal o con olor a acetona. Si domina la eliminación por la piel, puede aparecer un aumento del olor corporal y del sudor, que no se elimina por muchas duchas que se dé la persona.
El hígado desempeña un papel esencial en los procesos de purificación. Aunque no filtra la sangre (como hacen los riñones), cuenta con un sistema de macrófagos (leucocitos) por el que debe pasar el fluido sanguíneo. Por la sangre de la vena porta, que va del intestino al hígado, fluyen numerosas elementos extraños que los macrófagos devoran y destruyen.
BENEFICIOS DEL AYUNO
El ayuno bien llevado es verdaderamente efectivo para dar un buen reposo y repaso al cuerpo, es como la ITV que realizamos al cuerpo.
¿Y como se cura el cuerpo? El cuerpo guiado por su instinto somático siempre canaliza su energía hacia las zonas más necesitadas. El instinto somático es el médico interior que vela por la salud de todo el organismo.
El cuerpo busca su propio equilibrio, o la homeostasis interna de la que hablan los estudios de fisiología orgánica, y lo hace guiado por la propia inteligencia somática o instinto de conservación. El ayuno es una de las mejores técnicas para buscar la armonía interna perdida durante el proceso de la enfermedad.
Durante el ayuno el cuerpo no pierde nada que le sea vital. Sólo pierde lo que no es útil: grasa excesiva, incluida el colesterol depositado en los vasos sanguíneos, y sustancias tóxicas y de desecho acumuladas en el cuerpo durante años. Los órganos vitales quedan, mientras tanto, intactos.
En general, todas las enfermedades se ven favorecidas por el ayuno. Aunque, como hemos dicho antes, en realidad el ayuno no cura nada; es el cuerpo el que se cura en el proceso de ayuno. Todo organismo vivo tiene el poder de autocuración como parte del poder de curación y regeneración de la Naturaleza de la que forma parte. Cuando permitimos que las fuerzas de la naturaleza y del cosmos “pasen” a través de nuestro ser nos vamos curando.
Todo lo que ocurre cuando una persona ayuna es que al poder curativo ya presente y activo dentro del cuerpo humano se le presenta una mejor oportunidad para realizar su trabajo, en parte pendiente. Al no ingerir comida canaliza su energía hacia la eliminación y regeneración celular, pudiendo recuperar el tiempo atrasado en la eliminación por sobrecarga de los órganos de eliminación.
EL AYUNANTE NECESITA DESCANSO
Estas son los espacios de descanso necesarios durante el ayuno:
Físico – Reposo
Sensorial: calma y silencio
Emocional: expresión emocional, serenidad
Mental: interiorización, meditación. (Se toman grandes decisiones)
En la relación con los demás (incluido en lo sexual)
En el cuadro anterior vemos todos los espacios necesarios para el descanso durante el ayuno. Si los atendemos toda la energía que ahorramos es invertida en el proceso curativo. ¿Y como se cura el cuerpo? La inteligencia interna del organismo es la encargada de hacerlo, eliminando las barreras que impiden el desarrollo de la salud. Además debemos favorecer los llamados Factores de Salud: alimentación sana, ejercicio, reposo, respiración profunda, tomar el sol (cuando no quema), expresión de las emociones, relaciones humanas más auténticas, búsqueda de un sentido de vida,…
EL AYUNO EN LOS ANIMALES
El hombre es el único ser vivo que come aunque esté enfermo, no tenga hambre o la comida le produzca nauseas. Los animales salvajes dejan de comer o ayunan temporalmente cuando son capturados y puestos en cautividad.
El ayuno es frecuente en el mundo animal y ellos dejan de comer, incluso durante varios días por la nieve o cuando las condiciones climáticas son totalmente adversas. Los animales domésticos pueden dejar de comer varios días cuando se les cambia a un nuevo medio o lugar desconocido para ellos, el estrés les produce una disminución del apetito y no tienen ganas de comer. Toda la energía está centrada en el Sistema de Relación, en hacer frente al estrés y no hay la suficiente energía para la digestión, absorción y asimilación de los nutrientes.
Los osos hibernan y no comen durante este periodo, los largos meses de invierno. En la hibernación hay un metabolismo reducido y las funciones se aminoran. Disminuye la respiración y la circulación y el cuerpo vive de las reservas almacenadas durante el otoño. El oso negro ruso se adormece hacia finales de noviembre y alimentándose de sus reservas no se despierta hasta marzo, al principio de la primavera. Durante este periodo de tiempo puede perder hasta el treinta o cuarenta por ciento de su masa corporal.
Muchos animales ayunan durante la época de reproducción: la foca de Alaska ayuna durante los tres meses de celo, el salmón durante la migración desde el mar hasta las fuentes de los ríos. El león marino realiza una tremenda e incansable actividad sexual durante veinte o treinta días durante los que no ingiere ningún alimento.
El salmón ayuna durante su migración del mar en que se encuentra hacia el nacimiento de los ríos, con gran esfuerzo y luchando contracorriente. Pierde su grasa durante este viaje que dura meses. Aunque flaco por el esfuerzo realizado da prueba de su resistencia y habilidad para superar los obstáculos que va encontrando corriente arriba. Aquí, al igual que el resto de los animales la energía no proviene del exterior sino de la utilización, a “plato puesto”, de los depósitos de nutrientes y de los tejidos internos del organismo.
A las playas de las islas situadas frente a las costas de California y Méjico llegan cada mes de diciembre los machos de elefantes marinos provenientes de las regiones septentrionales donde libran duras y mortíferas luchas para el dominio territorial y sexual. Este periodo también es de completo ayuno y al finalizarlo los machos y las hembras han perdido cerca de la mitad de su peso.
Señala Albert Soesman que el cangrejo tiene un caparazón duro que le impide crecer y cuando llega a un cierto tamaño, deja de alimentarse durante varios días. Entretanto todo lo que es duro, principalmente lo calcáreo, se licua y va a depositarse en la pared del estómago en forma de innumerables “pequeñas piedras de cangrejo” u “ojos de cangrejo”, llamados así porque tienen la forma de un cristalino. En ese momento el cangrejo puede volver a aumentar su tamaño un poco. Y después la sustancia calcárea se va a disolverse en la pared de su estómago, y vuelve hacia la periferia, donde forma un nuevo caparazón, más grande esta vez. El cangrejo, como un verdadero mago, materializa y desmaterializa su caparazón mientras ayuna durante unos días.
El pingüino macho de Adelia, una clase de pingüino, suele ayunar durante las dos primeras semanas de incubación, y permite que la hembra regrese al mar a alimentarse y bañarse. Existen casos documentados en los que el macho ha ayunado durante el periodo de establecimiento y defensa del territorio de anidación, el ritual de apareamiento y el periodo de puesta e incubación de los huevos. Cuando le llega el turno a la hembra, el macho va hasta el distante mar para alimentarse y no tarda en recuperar la grasa perdida.
La foca de Alaska se abstiene de alimentos durante los tres meses que dura el celo. Aunque haya abundante comida a su alcance, de mayo a agosto ni come ni bebe. Sin embargo, la foca macho se bate para formar su harén y conservarlo, permaneciendo en alerta y mientras tanto apenas duerme. Después de este periodo de agotamiento se aleja de la orilla y duerme durante dos o tres semanas y solo tomará alimento al finalizar esta recuperación energética.
Cuando la marmota hiberna la respiración se le vuelve más lenta al igual que la circulación y entra en una situación de letargo. Baja mucho su metabolismo y puede pasar el invierno sin debilitarse mucho. Con el calor primaveral se reaniman sus funciones circulatoria y respiratoria. El lirón de Europa, pequeño roedor, hiberna durante cinco meses, en otoño e invierno. De esto surge la expresión popular de que alguien duerme más que un lirón o una marmota.
Los murciélagos también hacen un ayuno de unos meses mientras se agrupan para hacer frente y protegerse ante la intemperie.
Otros animales reducen, por el contrario, su alimentación durante el calor del verano, se trata así de la estivación, especie de adormecimiento que provoca un amodorramiento destinado a protegerse del calor. Igualmente se reduce la respiración o la circulación de la sangre. Estivan así ciertos peces obligados a sobrevivir en ríos secos durante los veranos tórridos de ciertos lugares del planeta. Durante todo el periodo de sequía y hasta que vuelve la estación de lluvias, los cocodrilos aminoran sus actividades fisiológicas al mínimo necesario para sobrevivir.
La falta de alimentos es también una invitación a la estivación. Algunos mamíferos de regiones desérticas, sobre todo herbívoros, disminuyen su metabolismo cuando se reduce su alimentación. Entran entonces en una especie de letargo, que no es un verdadero sueño sino un auténtico ayuno.
Ciertos animales, como los reptiles, se alimentan de forma irregular y el espacio entre dos comidas consecutivas puede ser de varios meses. Otros se abstienen de alimento después de su nacimiento. Los pollitos salidos del huevo viven de sus propias reservas durante los tres primeros días, y no comen ni beben.
Como vemos el ayuno es frecuente en el mundo animal y muchos estudios realizados con animales indican que cuando son subalimentados se prolonga el tiempo de vida, al contrario que cuando son sobrealimentados.
LOS GRANDES EFECTOS DEL AYUNO
Degrada o descompone las grasas acumuladas, lo que ocasiona una rápida pérdida de peso.
Elimina el exceso de agua retenida por el cuerpo con el fin de disolver las sustancias tóxicas ingeridas y diluir drogas o medicamentos químicos.
Aumenta la cantidad de orina eliminada o diuresis. Esto explica la gran cantidad de peso perdida por algunas personas durante los primeros días de ayuno.
Se reabsorben los depósitos de colesterol en las arterias. Este es un hecho científicamente comprobado.
Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia la eliminación de sustancias de desecho. Pone al día el retraso crónico del cuerpo en el proceso de desintoxicación como consecuencia de una alimentación excesiva y poco adecuada, que sobrecarga los órganos de eliminación (especialmente hígado, riñones, pulmones y piel) y hace que pierdan eficacia. El ritmo de vida, los factores psicoemocionales y el estrés agotan también al cuerpo y a sus órganos de eliminación y ponen barreras a su buen funcionamiento.
Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia los tejidos y órganos que necesitan ser reparados, regenerados y revitalizados.
Al ayunar permitimos que el aparato digestivo descanse verdaderamente, con lo que puede “poner al día” sus funciones y recargar sus energías.
El cuerpo se alimenta de las reservas menos vitales lo que favorece con frecuencia una desintegración de quistes, abscesos, bultos y tumores benignos. Incluso es terapéuticamente eficaz sobre los tumores malignos.
Durante el ayuno, el organismo degrada y quema las sustancias no esenciales para obtener energía y una fuente de material energético no esencial es el tejido enfermo, como los tumores.
Cuando el organismo físico no tiene comida del exterior, los tejidos son utilizados en orden inverso a la importancia que tienen para el organismo. Primero se utilizan los menos vitales y luego los más valiosos en el mantenimiento de la vida. La grasa es el primer tejido en desaparecer. Para suministrar nutrientes a los tejidos más vitales, como el cerebro, los nervios, el corazón y los pulmones, se utilizan las reservas almacenadas antes de utilizar cualquier tejido funcional del organismo.
Durante el ayuno, la capacidad del organismo para disolver los coágulos aumenta considerablemente. Este proceso, denominado fibrinolisis, no permite que se formen trombosis o embolias. Tras un accidente cerebrovascular el ayuno se presenta como terapia de primera línea por su gran efecto anticoagulante.
El ayuno aumenta también la capacidad del sistema inmunitario del organismo.
De todas maneras no podemos olvidar que el cuerpo no tiene un poder de recuperación ilimitado y por ello es mejor prevenir que curar. Conforme avanza la vida, los poderes de curación disminuyen. No todo se puede llegar a curar, ni siquiera con el ayuno. El ayuno solo cura lo curable.
Dr. Karmelo Bizkarra Maiztegi
Director Médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe
La inmensa mayoría de sociedades de Medicinas Complementarias e Integrativas de España (médicos y demás sanitarios) entre las que se encuentra la AEMN, presentaron hace unos meses, ante el Parlamento Europeo, una petición en contra de las irregularidades en las que incurrió el estado español en el plan orquestado por el gobierno contra las llamadas «pseudoterapias», donde se actúa, indiscriminadamente, contra procedimientos utilizados por la medicina complementaria e integrativa, promovidos por la OMS en su estrategia 2014-2023. Entre ellos Acupuntura, Homeopatía, Medicina Naturista, Ozonoterapia, además de un largo etcétera.
Esa petición ha sido admitida a trámite por el Parlamento Europeo.
En el link que adjuntamos puedes adherirte con tu firma para promover esta petición.
Es importante que compartamos esta información con el mayor número posible de nuestros contactos para conseguir el máximo de adhesiones posible y que logremos libertad de elección terapéutica en favor de una salud más plural, más natural, más económica y menos tóxica.
Una vez que te registres con tus datos, recibirás un mail donde confirmar tu identidad.
Al introducir el usurario y contraseña que hayas elegido al inscribirte, tendrás acceso a la web del Parlamento.
Luego poner en el buscador (donde está la lupa en el margen superior derecho) el número de registro de esta petición :
Tenemos, desde hace dos años, en nuestras librerías, los lectores de habla hispana, un libro de extraordinario interés, aunque, en palabras del Dr. Frederic Viñas, reconocido médico naturista formado en Alemania, “mal traducido al castellano” “y con el lamentable subtítulo:Un médico en defensa de la naturopatía, que nada tiene que ver con el subtítulo alemán.” y también afirma que “La traducción está llena de errores de concepto y redacción.”
Según el Dr. Viñas este libro debería ser de obligada lectura por parte de los que se consideran realmente médicos naturistas en España.
El autor es el profesor Dr. Andreas Michalsen, médico internista, titular de la Cátedra de Medicina Naturista del Hospital Universitario Charité, en Berlín, uno de los hospitales universitarios más grandes de Europa, dirige el hospital Inmanuel de Berlín y es miembro de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Berlín y de la Universidad Humboldt de Berlín. Es descendiente del sacerdote Sebastian Kneipp (1821-1897), precursor de la hidroterapia. A este se le debe la construcción de balnearios en los que se practica esta forma de tratamiento, que principalmente estaba ideada para fortalecer el debilitado sistema inmunológico de los pacientes, en la nueva sociedad de la industrialización.
Desde su experiencia y con datos y referencias bibliográficas, el Dr. Michalsen le da forma a distintas disciplinas terapéuticas que se vienen usando desde hace tiempo por los médicos naturistas.
Texto muy recomendable, que será un referente en el campo de la Medicina Naturista, siempre que salvemos los errores de traducción.
Es intención del Dr. Viñas publicar en la página web de la AEMN las correcciones pertinentes.
Según los resultados obtenidos por un grupo de trabajo eslovaco, los vegetarianos presentan unos niveles mayores de antioxidantes que quienes siguen una dieta mixta. Se hizo un estudio comparativo entre 24 vegetarianos y 24 omnívoros. En tan sólo un 8 % de los vegetarianos se encontró dienos conjugados en sangre, mientras que en el otro grupo la cifra era del 42 %. Los dienos conjugados son moléculas que se producen en los procesos de peroxidación de los lípidos y se consideran un valor de referencia del estrés oxidativo.
Diene = Dienos (ver Wikipedia)
Krajcovicova-Kudlackova et al: Lipid peroxidation and nutrition; Physiol Res. 2004; 53(2): 219-24
Estudio 2
Según los resultados obtenidos, sobre personas que llevan muchos años siendo vegetarianos, realizados por la Universidad de Hongkong, estos mostraban unas mayores concentraciones de ácido ascórbico en
sangre y menores concentraciones de triglicéridos, ácido úrico y de la proteína C-reactiva, en comparación con quienes seguían una dieta mixta.
El grupo de vegetarianos se componía de 30 personas que practicaban esta dieta desde hacía entre 5 y 55 años. Los autores del estudio llegaron a la conclusión de que los vegetarianos de larga duración poseen unos niveles de antioxidantes mejores y un menor riesgo de padecer enfermedades cardio-circulatorias, en comparación con quienes siguen una dieta mixta.
Szeko YT et al: Effects of a long-term vegetarian diet on biomarkers of antioxidant status and cardiovascular disease risk. Nutrition. 2004 Oct; 20(10):863-6
Estudio 3
Una alimentación vegetariana presenta ostensiblemente un efecto protector contra los daños oxidativos del AND, según los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Bratislava. Los
vegetarianos estudiados mostraron menos daños en el ADN de sus linfocitos, en comparación con las personas que seguían una dieta mixta.
Kazimirova A et al: Does a vegetarian diet influenc
e genomic stability? Eur J Nutr. 2004 Feb; 43(1): 3
El médico naturista y uno de los miembros fundadores de la AEMN, José Luís Berdonces junto con Josep Allué, miembro fundador de la SEFIT acaban de publicar «Manual de suplementos dietéticos: Los productos más efectivos para complementar tu alimentación». En sus páginas hacen un estudio de 155 suplementos o complementos considerados como los más efectivos o conocidos. El libro es un repaso exhaustivo y una guía de utilización tanto para los profesionales de la salud como para los usuarios en este controvertido tema. Estableciéndose las listas de alimentos ricos en cada uno de estos productos. Un tratado de este tipo hasta ahora era inexistente en la literatura en castellano, una lectura obligatoria para todo profesional que quiera dedicarse al tema.
El libro está editado por RBA y tiene un precio de 16 €.
Autores: El doctor Josep Lluís Bardonces es una autoridad en plantas medicinales y salud. Licenciado en medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona en 1979 y doctorado cum laude por la Complutense de Madrid en 1992, es también diplomado europeo en fitoterapia y plantas medicinales por la Universidad de Montpellier; también ha seguido cursos especializados sobre hidroterapia y medicina antroposófica. Prolífico escritor ha publicado más de una decena de libros y centenares de artículos sobre salud natural y plantas medicinales. Actualmente, después de diecisiete años de experiencia en atención primaria como médico titular del Estado por oposición, dirigió el máster en Medicina Naturista en la Universidad de Barcelona, fue director médico del Curthotel Hipócrates, y asesor de la revista Integral.
El Doctor en Farmacia Josep Allué Creus, ponente en varías ocasiones en nuestros congresos de la AEMN, es doctorado en Fisiología Vegetal. Profesor en la Universidad de Fisiología Vegetal en la Facultad de Biociencias y Codirector de Postgrado y Máster en la Universidad Autónoma de Barcelona. Co-director de Máster Y Postgrado de Fitoterapia a distancia del Instituto de Formación continuada y Miembro fundador y vocal de SEFIT.
Somos naturaleza.
Cualquier agresión al medio es una autoagresión. Cuidar lo que nos rodea es
cuidarnos a nosotros.
El agente infeccioso, virus o bacteria, es imprescindible para que se
produzca la enfermedad infecciosa, pero no es su causa.Los portadores, las personas que tienen el
microorganismo pero que no desarrollan la enfermedad, son la prueba de su
inocencia. Son las alteraciones del ecosistema interno o terreno (falta de
higiene, desnutrición o sobrealimentación, consumo de drogas, exceso de
medicación…) y externo (contaminación, cambio climático, manipulación
genética…) del individuo las que hacen que el terreno se modifique y favorezca el
avance y desarrollo de la infección.
Mientras la prioridad
sea combatir el microbio con fármacos que deterioran más el terreno y fomentan
las recaídas o reinfecciones y las resistencias a la medicación, se hará
difícil disminuir las enfermedades infecciosas. Es necesario también el abordaje desde disciplinas médicas enfocadas en
la mejora del terreno/inmunidad(medicina
naturista, medicina tradicional china, homeopatía…) y dejar el tratamiento
farmacológico, cuando existe y es eficaz, para las situaciones en que la
intensidad y agresividad del virus o bacteria lo requiere.
Nuestra propuestapara
reducir los casos de covid-19 con sintomatología, y por tanto susceptibles de
ser tratados y de saturar las consultas médicas, además de todas las medidas que se están implementando actualmente para
evitar la propagación del virus y el colapso del sistema sanitario, esmejorar el terreno (estimular la inmunidad general: específica
e inespecífica) para que aquellos que reciban el virus no manifiesten la
enfermedad, o la padezcan de la forma más leve posible.
En este artículo se
incluyen consejos prácticos para la prevención de la covid-19 durante la
epidemia, para realizar durante la infección, y para seguir un estilo de vida
saludable que nos ayude a disminuir el riesgo de contraer cualquier enfermedad.
La naturaleza no es tan incoherente como para obligarnos a hacer una
prevención para cada enfermedad al mismo tiempo.Esto es imposible. Existen unos hábitos, una forma de vida, que
favorece la homeostasis o equilibrio interno y nos ayuda a mantenernos sanos y
a recuperar la salud cuando la perdemos.
Salud y enfermedad
El ser humano, como decía Élisée Reclus, “es la naturaleza
tomando consciencia de sí misma”. Somos naturaleza y por tanto la salud de
nuestro entorno es nuestra propia salud. Un cambio en los ecosistemas de los
que formamos parte es un cambio en nuestro interior. Cualquier agresión al
medio es una autoagresión. Es interesante reflexionar como la naturaleza tiene
sus mecanismos de autorregulación eliminando a su agresor a través de la
enfermedad.
El estado de salud refleja, por tanto, el equilibrio entre el
ser humano y su entorno, y la armonía interna de sus funciones. La enfermedad,
en general, no es una situación casual ni accidental, ni un conjunto de
síntomas, es un estado del organismo consecuencia natural de una manera de
vivir.
Cómo se originan las infecciones
La infección (no sólo como contacto, sino como enfermedad que
se desarrolla) se produce cuando se alteran las normas de convivencia, tanto a
nivel local (ecosistema interno del individuo) como general (ecosistema que
envuelve al individuo). Cuando a un microbio se le facilita el acceso o la
puerta de entrada a un organismo previamente debilitado, o cuando el organismo
donde reside se debilita bruscamente, se produce el estallido sintomatológico
de la infección.
Las agresiones al medio ambiente (contaminación, cambio
climático, destrucción y ocupación de hábitats propios de otros animales, que
facilitan el salto de microorganismos de unas a otras especies, manipulación
genética, armas biológicas…) ; la falta de higiene, o de las necesidades
básicas como el agua potable o el alimento imprescindible; la sobrealimentación
con el acumulo de catabolitos o detritus en el espacio intercelular de donde se
nutren las células; el alto consumo de drogas blandas (tabaco, alcohol…) y
duras, cuyas toxinas se depositan en los tejidos; un exceso de medicación, muy
en especial los productos inmunosupresores; son algunos ejemplos de cómo el ser
humano con este comportamiento altera su equilibrio interno y el del medio que
le rodea, creando nuevos microorganismos, o haciendo que microorganismos ya
existentes, inofensivos para las personas, muten cambiando su
agresividad, o invadan zonas del cuerpo que le estaban barradas hasta ese
momento por un sistema inmunitario sano anteriormente.
Ramón y Cajal decía en su obra “Anatomía patológica general y
fundamentos de bacteriología”: “Las
infecciones se deben, antes que a la especie microbiana, al terreno orgánico
que la infección coloniza”.
El agente infeccioso,
virus o bacteria, es imprescindible para que se produzca la enfermedad
infecciosa, pero no es su causa. Los portadores, las personas que tienen el
microorganismo pero que no desarrollan la enfermedad, son la prueba de su
inocencia. Son las alteraciones del
ecosistema interno y externo del individuo las que hacen que el terreno se
modifique y favorezca el avance y desarrollo de la infección.
Cómo prevenir las
infecciones
“Lo que previene cura”, dice un aforismo Hipocrático. “No
existen enfermedades locales; existen enfermedades en el individuo que le
afectan a todo él y que se expresan a través de los diferentes órganos “, reza
otro aforismo médico.
Aunque puede haber matices en las diferentes patologías, no
existe una prevención particular para cada una de ellas. Al igual que la
enfermedad, cualquiera que sea, afecta a todo el organismo, la prevención es
una. La naturaleza no es tan incoherente
como para obligarnos a hacer una prevención para cada enfermedad al mismo
tiempo. Esto es imposible. Existen unos hábitos, una forma de vida, que
favorece la homeostasis o equilibrio interno y nos ayuda a mantenernos sanos y
a recuperar la salud cuando la perdemos. Entre esos mecanismos de autorregulación
u homeostasis está la inmunidad, no como algo separado, sino formando parte del
conjunto.
Por tanto, toda prevención, la de cualquier patología,
incluida la de las enfermedades infecciosas, pasa por mantener unos hábitos de
vida saludables. Esto en cuanto lo que depende de nosotros directamente. Pero
no podemos evitar, aunque sí intentarlo, que se sigan provocando cambios en
nuestro medio, influidos por la sociedad, los intereses políticos y, en el
origen de todo, económicos.
Cómo tratar las infecciones
De los tres factores necesarios para la infección
(microorganismo, medio ambiente y terreno), habitualmente el tratamiento
convencional, la mayoría de las veces, sólo aborda la supresión del virus o
bacteria con fármacos antiretrovirales o antibióticos. A veces, interviene en
el medio ambiente aconsejando actividades, lugares o contactos a evitar. Y
pocas veces tiene en cuenta el terreno donde crece y se desarrolla la
infección, cuando, como acabamos de explicar, aquí reside la verdadera causa de
la infección.
Mientras la prioridad sea combatir el microbio con fármacos
que deterioran más el terreno y fomentan las recaídas o reinfecciones y las
resistencias a la medicación, se hará difícil disminuir las enfermedades
infecciosas. Es necesario también el
abordaje desde disciplinas médicas enfocadas en la mejora del terreno/inmunidad
(medicina naturista, medicina tradicional china, homeopatía…) y dejar el
tratamiento farmacológico, cuando existe y es eficaz, para las situaciones en
que la intensidad y agresividad del virus o bacteria lo requiere. Hemos de ir
hacia un tratamiento integrativo escogiendo lo mejor para la persona en cada
momento, evitando ante todo perjudicar al paciente, y sabiendo que también
existen alimentos y preparados fitoterapéuticos con actividad antibiótica y
antiviral, que en algunos casos pueden reducir el uso de fármacos.
El coronavirus SARS- CoV-2
Dentro de la familia de los coronavirus, el coronavirus
SARS-CoV-2 (también denominado coronavirus 19) es el responsable de la epidemia
actual de la enfermedad llamada covid-19. Como es un virus identificado
recientemente no se le conoce suficientemente como para hacer previsiones de
futuro.
Sí se sabe que se propaga muy rápidamente, que tiene
predilección por instalarse en los alveolos pulmonares, que su sintomatología
es similar a la producida por el virus de la gripe (fiebre, tos seca, fatiga…),
que su tiempo de incubación es de 4 a 6 días, y que la duración de la
enfermedad, si se manifiesta, es de una semana aproximadamente, aunque se han
encontrado restos del virus hasta 21 días después del inicio de los síntomas.
El tiempo de recuperación es de dos semanas en casos leves y de tres a seis
semanas en los casos graves. Se considera que el contagio se puede producir a
partir del tercer día de contraerlo, antes de que aparezcan los síntomas, y
podría mantenerse mientras duren estos.
El contagio se produce de persona a persona a través de las
pequeñas gotas que se expanden al salir de la boca o la nariz de un afectado,
cuando tose, estornuda o exhala, o simplemente habla. Estas gotas pueden
permanecer en el aire hasta 30 minutos, y después depositarse en los objetos
(la propia ropa) y superficies cercanas (hasta 1,5 metros desde donde se
estornudó con fuerza). El contacto de nuestras manos con estas gotas, es la vía
más frecuente de contagio. Se estima, que, según el material en que estén,
estas gotas pueden mantener el virus activo de horas hasta nueve días.
Con los datos recogidos hasta ahora (se modifican
constantemente), se puede decir, de forma aproximada, que, sobre 1000 casos, la
mayoría, 900, serán asintomáticos y 100 mostrarán síntomas. De estos 100, 80 lo
sufrirán como una fuerte gripe, 15 padecerán una neumonía bilateral con
problemas para respirar, y 5 presentarán una fibrosis pulmonar que necesitará
ingreso a la UCI y respiración asistida. Probablemente 3 fallecerán y 2
quedarán con secuelas graves. La letalidad que empezó siendo de un 3%, parece
que se incrementa con la irrupción de la infección en los diferentes países, y
ya se habla incluso de un 5-8%. Estas cifras hay que ponerlas en cuarentena
porque no se conocen, por falta de posibilidades de diagnóstico global, los
casos reales de infección, que probablemente son muchos y disminuirían el
porcentaje de letalidad.
Las personas de riesgo o más afectadas son las que tienen
bajas defensas o están inmunodeprimidas por toma de medicaciones como
corticoides, quimioterapia u otros inmunosupresores; mayores de 70 años;
pacientes con enfermedades de base (respiratorias, cardiovasculares…)
complicadas… Parece ser que la toma de antiinflamatorios como el Ibuprofeno no
está recomendada porque favorece la colonización de los alveolos pulmonares por
el coronavirus. Se aconseja el paracetamol que es analgésico y antitérmico,
pero no antiinflamatorio.
La covid-19, por lo que se conoce hasta ahora, tiene una
evolución muy impredecible. Pero podemos decir claramente, que, a pesar de su
espectacular incidencia en la vida cotidiana, en la política y en la economía,
es una enfermedad con una mortalidad muy inferior al cáncer, a las enfermedades
cardiovasculares, a la diabetes, a la gripe… y a la miseria y el hambre.
Prevención y tratamiento convencional de la enfermedad Covid-19
Como hemos mencionado, en la infección intervienen tres
factores. En este caso el microorganismo, el coronavirus SARS-Cov-2, el medio
ambiente propicio para mantenerse y propagarse (clima, aglomeración de
personas…) y el terreno que es la persona que recibe el virus.
De momento no hay tratamiento farmacológico eficaz contra el
virus. Dada la rápida expansión del virus, todos los esfuerzos se están
haciendo para evitar su propagación con las medidas de aislamiento de la
población, la utilización de mascarillas y las medidas higiénicas como el
lavado de manos y la desinfección de los objetos y mobiliario. La mejora del
terreno, o estado de salud de las personas, resumido en unas buenas defensas o
en una buena respuesta inmunitaria, no es abordada. Probablemente porque en una
formación médica basada en combatir la enfermedad, más que en fomentar la
salud, el conocimiento de los mecanismos de autorregulación del cuerpo y la
forma de ayudarlos en su función no es materia muy conocida.
Se espera la vacuna como medida preventiva, pero todos
sabemos, como sucede con la gripe, que los virus mutan periódicamente, y los
anticuerpos que genera la vacuna y que hoy pueden ser efectivos, casi con
seguridad no lo serán el próximo año. Además, la eficacia de estas vacunas no
es muy alta (la de la vacuna de la gripe en la temporada 2018-2019 fue de entre
un 32% y un 43% en Europa), y pueden producir algunos efectos secundarios de
momento desconocidos, que hacen difícil valorar el riesgo-beneficio para la
salud (no en cambio para la economía de quien la comercializa). La vacuna puede
ser una esperanza para disminuir algunos casos de infección, pero no una
solución.
Prevención y
tratamiento integrativo de la enfermedad Covid-19
Es bueno recordar aquí que la vía fisiológica que sigue el
organismo para defenderse del exterior, es en primer lugar, el sistema de la inmunidad innata o inespecífica (barrera
de la piel, lisozimas, monocitos macrófagos, células killer, proteína C
reactiva, interferones, sistema del complemento…) que se moviliza ante
cualquier estímulo externo, y que por lo tanto es común para cualquier tipo de
infección. La mayoría de las veces esta reacción neutraliza la agresión. Si no
es suficiente o al mismo tiempo, el propio organismo moviliza la inmunidad específica: una reacción
inmunitaria concreta (anticuerpos) para los antígenos de cada agente
infeccioso.
El sistema inmunitario inespecífico y el específico actúan
conjuntamente, potenciándose el uno al otro. La inflamación es un medio que utiliza el organismo para dirigir todos
estos elementos defensivos a la zona infectada. Este es el proceso fisiológico
que se produce ante cualquier enfermedad infecciosa.
El principio de la vacuna se salta la vía fisiológica. Se
basa en estimular exclusivamente la inmunidad específica: un agente infeccioso,
una vacuna. Es decir, que, para una prevención global, es necesaria una vacuna
para cada patología, y las debidas dosis de recuerdo. Algo difícil de
conseguir, no estando exenta de riesgos (ningún organismo está preparado para
recibir al mismo tiempo varios estímulos infecciosos), con un alto coste
económico para la población, y con una eficacia real dudosa en muchos casos,
como es el que estamos tratando.
Nuestra propuesta para
reducir los casos de covid-19 con sintomatología, y por tanto susceptibles de
ser tratados y de saturar las consultas médicas, además de todas las medidas que se están implementando actualmente para
evitar la propagación del virus y el colapso del sistema sanitario, esmejorar
el terreno (estimular la inmunidad general: específica e inespecífica) para
que aquellos que reciban el virus no manifiesten la enfermedad, o la padezcan
de la forma más leve posible.
La mejora de la salud del paciente, del terreno, de sus
defensas, de su sistema inmunitario, es una barrera para la multiplicación del
virus, y un recurso eficaz para combatirlo cuando ya se ha activado con toda
sintomatología que le acompaña. Volvemos al aforismo de que “lo que previene,
cura”.
Evidentemente es necesario reconocer aquí que un cambio en el
terreno, en el estado de salud, no es algo que se consiga en un día, ni en una
semana. Requiere de todo un cambio de mentalidad y de hábitos. Es un
replanteamiento del sistema de vida. Pero sí que tenemos recursos para aumentar
la inmunidad de forma rápida y para ayudar a tratar sintomatológicamente la covid-19.
Consejos prácticos
Para la prevención durante la epidemia (pandemia)
Tomar
suplementos que contengan en su composición Vitamina C, própolis, equinácea,
tomillo…; preparados con lapacho o pau d’arco (potente antivírico natural) o de
hongos inmunoestimulantes (maitake, reishi, shiitake) … para aumentar la
inmunidad y combatir el virus. No es necesario tomarlos todos al mismo tiempo.
Escoger dos de ellos y tomarlos en la dosis indicada.
Como
alimentos reforzantes de la inmunidad podemos incorporar jalea real o polen
(una toma diaria de uno de ellos), levadura de cerveza o nutricional (dos o
tres cucharadas soperas diarias en ensaladas, o con caldos vegetales o zumos
naturales).
Beber
durante el día, fuera de las comidas, infusiones de tomillo y jengibre.
La
canela es una especia con propiedades antivíricas, y el aceite de coco, en
varios estudios, ha demostrado actividad antivírica para los coronavirus. Su
uso en la cocina es recomendado.
En
ayunas o a media mañana, cuando siente mejor, tomar un zumo de fruta cítrica
recién exprimida, rica en vitamina C (limón, naranja, mandarina, pomelo…), o
una macedonia con alguna de estas frutas a las que se le puede añadir kiwi,
piña, fresones…
En
la dieta reducir el consumo de lácteos, huevos, y proteína animal, y aumentar
el de ensaladas (con ajo y germinados), de fruta y verdura. Consumir frutos
secos crudos y productos integrales (la pasta, los cereales…). Y si es posible,
que los alimentos sean biológicos u orgánicos.
Procurar evacuar diariamente. El estreñimiento
crónico es una fuente de fermentaciones y putrefacciones intestinales que
produce catabolitos tóxicos que se reabsorben y alimentan el terreno para las
infecciones. Si es necesario ayudarse con alimentos laxantes (ciruelas secas y
semillas de lino en maceración). Un enema es una ayuda excelente.
Para realizar durante la infección
No podemos olvidar, que al igual que en la gripe, el
tratamiento convencional de la covid-19 consiste en acompañar la enfermedad
para aliviar los síntomas y evitar las complicaciones graves.
Aplicar
los mismos consejos que para la prevención, pero haciendo una dieta líquida, o
máximo con alguna fruta, mientras haya fiebre.
La
fiebre es un mecanismo de defensa del organismo para superar la infección. Con
la elevación de la temperatura por encima de 38ºC, además de frenar el
crecimiento microbiano, el interferón, proteína que produce el organismo y que
tiene capacidad antivírica y antibacteriana, se hace hasta tres veces más
potente en su actividad, y la producción de linfocitos T, células del sistema
inmunitario, se incrementa hasta veinte veces. Las combustiones internas que se
producen en la fiebre por el aumento de temperatura, destruyen las sustancias
morbosas, desintegrándolas y haciendo posible su eliminación a través de los
emuntorios orgánicos (sudor, orina, respiración…). Este efecto no sólo se
produce sobre los posibles tóxicos de origen bacteriano, vírico, medicamentoso,
etc. que acaban de llegar al organismo, sino también sobre los depósitos de catabólicos
orgánicos que llevan tiempo produciéndose, contribuyendo a que pasada la fiebre
el paciente recupere la vitalidad y alcance un grado de salud superior al
anterior al proceso febril. Por todo esto, no aconsejamos suprimir
inmediatamente la fiebre, sino acompañarla, evitando que supere los 40°C, con
las medidas citadas anteriormente: dieta líquida con caldos vegetales, zumos,
infusiones (de tila y sauco, que son plantas diaforéticas, que provocan sudor)
y suplementos inmunoestimulantes, y, si es necesario, un enema. Además, reposo.
Las
clásicas envolturas de tronco (una tela de hilo u algodón sumergida en agua
fría y escurrida, rodeando el tórax, envuelta por otra tela seca, más ancha, y
una exterior de lana), de más de dos horas de duración, ayudan a transpirar y a
bajar la temperatura del paciente al colaborar con la fiebre en la eliminación
de tóxicos. Este es un remedio habitual, y muy efectivo, en medicina naturista.
Si
a pesar de todo, la temperatura supera los 40°C, o la fiebre alta se prolonga
más allá de cuatro o cinco días, se puede reducir con paracetamol, pero no con
ibuprofeno.
Si
hay síntomas importantes de disnea (falta de aire), sí que es imprescindible ir
al hospital a hacer una placa de tórax para ver si hay afectación pulmonar, y si
es así tratarla además farmacológicamente. Aprovecho para agradecer a todos los
sanitarios que están recibiendo a los pacientes graves de la covid-19, el
esfuerzo y sacrificio que hacen para ayudarles.
Vahos (baño de vapor de vías
respiratorias)
Este es un tema controvertido porque no ha habido todavía experiencia clínica suficiente para valorar su
eficacia o su riesgo. Aunque en base a los resultados positivos en
resfriados y gripe, se puede pensar que en la covid19 puede ser de ayuda,
también se comenta que las gotitas de vapor de los vahos pueden trasladar el
coronavirus de las vías respiratorias altas a los alveolos pulmonares, en las
primeras inhalaciones, sin dar a tiempo que el calor actúe sobre el virus. Por
este motivo, ante la duda, lo mejor es tomar la decisión más proteccionista
para el paciente que es no hacer los
vahos.
Para la prevención general
Como hemos dicho anteriormente, no es viable una prevención
para cada enfermedad. La naturaleza nos ha dotado de unos mecanismos de homeostasis
o autorregulación que nos permite mantenernos en salud manteniendo un estilo de
vida de acorde con su lenguaje, presente en nuestro ecosistema y en todos
aquellos ecosistemas que nos rodean. Mantener nuestra salud es mantener la
salud de nuestro entorno.
Unos consejos generales (en lo que depende de nosotros como
individuos, no como sociedad) que pueden servir para mantenernos sanos y
dificultar la aparición de cualquier patología, incluida infecciosa, son los
siguientes.
Ser ordenado
Ser regular en el horario de comidas y en el de descanso.
Dormir como mínimo unas ocho horas para reparar el desgaste diario.
Hidroterapia matinal
Al levantarse es aconsejable tomar una ducha caliente seguida
de unos segundos de agua fría, para empezar el día con vitalidad. Finalizar
siempre la ducha o baño, sea cual sea la hora del día y la fecha del año, con
agua fría. Este ejercicio cardiovascular es necesario para la prevención de
resfriados y la salud de las arterias. El agua fría nunca puede perjudicar si
el cuerpo está caliente.
Ejercicio o actividad
física diaria
Es conveniente practicar diariamente una actividad física
para fortalecer nuestro organismo y descargar tensiones. Sería ideal
practicarla al aire libre si es posible. El paseo es una buena opción. Es fundamental
aprender a respirar bien.
Evitar los hábitos
tóxicos
El tabaco, las bebidas alcohólicas, el café… son sustancias
tóxicas que, tomadas regularmente, crean adicción y sobrecargan el hígado,
riñones, pulmones… Si se toman, mejor de forma puntual.
Cuidar la dieta
Es recomendable comer diariamente abundantes frutas,
verduras, cereales integrales y frutos secos, preferiblemente de cultivo
ecológico. Hay que controlar el consumo de carnes, pescados, huevos y productos
lácteos, no tomándolos más de dos o tres veces a la semana. Deben evitarse en
las comidas, de forma habitual, los alimentos refinados, vísceras, mariscos y
embutidos.
Beber suficiente agua
o líquidos
Lo adecuado, es beber de uno (en invierno) a uno y medio o
dos litros (en verano) de agua o líquidos diarios. El agua nutre los tejidos y
arrastra las toxinas hacia el exterior a través de la orina y el sudor.
Dependiendo de la dieta (si es más o menos hidratada) y la actividad física
realizada, estas cantidades pueden variar.
Un tiempo para el
ocio
Es necesario encontrar espacio durante el día para uno mismo.
Practicar una afición, como leer, escribir, pintar… ayuda a nuestra realización
personal.
Saber compartir
Hay que aprender a recibir ayuda y darla; a escuchar y
hablar. Hay que ejercer la solidaridad.
Flexibilidad mental
Ser tolerante con la opinión de los demás y desarrollar el
sentido del humor es imprescindible para mantener nuestra salud física y
psíquica.
Respetar el entorno
Recordemos que el ser humano no es el centro del universo, y
más que a dominarlo ha de aprender a entenderlo y a situarse armónicamente en
él respetando todo lo que le rodea, porque la supervivencia del medio en que
vivimos es nuestra propia supervivencia.
Reflexión final
Estamos siendo protagonistas de una situación nueva, que nos
impacta directamente, y que cuestiona nuestra forma de organización, de vida y
la relación que mantenemos con la naturaleza que nos sustenta y de la que
formamos parte.
La covid-19, como toda enfermedad, nos interpela y nos
cuestiona el día a día, y nos ofrece la oportunidad de cambio. Si optamos por
mejorar nuestros hábitos y alinear nuestros proyectos vitales con nuestra
realidad, no solo estaremos reduciendo el riesgo de una nueva infección, si no
de cualquier patología y en cualquier etapa de la vida. Una persona puede
llegar a una edad muy avanzada con una buena salud y una buena inmunidad.
Si, además, como sociedad, no perdemos la perspectiva de que
la salud del entorno es nuestra propia salud, estaremos contribuyendo a mejorar
nuestro futuro y el del planeta.
Pedro Ródenas, Médico
naturista de “Integral. Medicina Integrativa y escuela de salud”. www.integralcentremedic.com
El XXXVIII Congreso de la AEMN se
celebró, en Madrid, los días 15 y 16 de noviembre de 2019, en el Hotel Rafael
Atocha.
El evento, presidido por la Dra. Mª Isabel Ramírez, Presidenta de la
AEMN, ha sido nuestro 38 congreso nacional, aunque con carácter internacional,
y nutrida participación que desbordó todas las expectativas.
Contó con la colaboración de los siguientes ponentes:
Dr. Mariano Bueno Cortés, Dr. Ángel Borruel Omenat, Dr. Francisco Coca,
Dra. Mónica Domenech, Dr. Darío Acuña Castroviejo, Dr. José María Estrela Airgüel,
Prof. Dr. Ramón Cacabelos García, Prof. Mª José Alonso Osorio, Dra. Cristina
Zemba Vieytes, Prof. Dr. Nicolás Olea Serrano, Dr. Guillermo López Lluch, Dr.
Andrés Ursa Herguedas, Dr. Enrique de Juan González, Dr. Pasciuto Antonio
María, Dr. Carlos Jarne, Dr. Francisco Tomás Verdú Vicente, Dr. Eugenio
Sclauzero, Dr. André Dourado Oliveira, Dr. Luis Ignacio Román, Dr. Pedro
Castejón, Prof. Miguel Ángel Bertrán,
Dr. Eduard Estivill, Dra. Carla Estivill, Prof. Dr. Francisco Martínez Soriano,
Dra. Victoria Roel Bonome, Dr. Jorge Fernández Ribacoba, Dr. Francisco J. Terán
Fernández y Dr. Emilio López Jiménez.
Entre ellos destacados investigadores, seis de los
cuales son catedráticos de distintas universidades.
Gracias a sus intervenciones, nos hemos puesto al
día en todo lo referente a cronobiología, tema central del congreso, pero
también en nutraceutica, microbiota, eje intestino-cerebro, riesgo
cardiovascular, micoterapia, medicina ambiental, dinámica mitocondrial,
envejecimiento, adaptógenos, filosofía de la ciencia, fisiopatología del sueño,
consejo nutricional, dermatología, melatonina, teoría X de Manaka,
antioxidantes, polifenoles, oncología, estomatología, medicina basada en la
evidencia, enfermedad de Lyme, terapia del orden, genómica, disruptores endocrinos,
gestión del tiempo. Y todo ello enfocado a optimizar la practica de la medicina
naturista.
Hemos disfrutado de un amplio abanico de ponencias
para aplicar los conocimientos sobre Cronobiología a nuestra práctica
profesional dedicada al cuidado de la Salud de nuestros/as pacientes. Para
ello, hemos transitado por los procesos hormonales que sostienen los ritmos
circadianos, las disfunciones que generan los disruptores endocrinos, el papel
de diversos micronutrientes que reequilibran las células, desde las
mitocondrias neuronales hasta la piel, desde contribuir al cuidado del perfil
lipídico a combatir las células cancerosas. También nos ha acompañado la
epistemología y la medicina cuerpo y mente, así como la ambiental, dentro del
marco de la Vis Natura Medicatrix.
Además, aprovechamos este encuentro para, como es habitual, celebrar nuestra
asamblea anual, y rendir un emocionado homenaje a todos los médicos naturistas
españoles fallecidos. Concluido el congreso, nos trasladamos al Cementerio
Civil de Madrid para hacer una ofrenda floral al primer medico naturista de
España, el Dr. Enrique Jaramillo y Guillén.
Muchas gracias a los ponentes, participantes y
patrocinadores.
Ya estamos trabajando en la organización del
próximo congreso nacional de medicina naturista. Volveremos a reunirnos en
Madrid y girará alrededor del envejecimiento saludable.
La
compañera y miembro de la AEMN Montserrat Palacín Bartroli, acaba de
publicar su libro “La
dieta de las 3 eses” en dos tomos.
Montserrat
Palacín,nacida el 18 de
diciembre de 1954, licenciada en Medicina, Médica Naturista, Máster en
Nutrición por la Facultad de Medicina de Nancy (Francia), Diploma superior en
Reeducación Postural Global; Diplomada en Método Dicke, antigua Directora
médica de Curhotel Hipócrates durante 19 años, colaboradora del Programa
Antiaging de la Clínica Planas, formando parte del equipo médico de la Revista
Discovery Salud. Autora de Por una
medicina respetuosa y sostenible (2005), y Philippe
Souchard: diálogos con un maestro (2012).
“El
propósito inicial del libro era dar unas simples recomendaciones dietéticas
fruto de leer mucho, el Certificat dÉtudes Supérierus en Nutrition Humaine et
Diététique en la Facultad de Medicina de Nancy y de mi práctica médica”. La
nutrición es su “otra vocación”, junto con la Reeducación Postural Global que
lleva practicando hace 30 años.
“No paguen ni un solo euro a
médicos que, en lugar de proporcionarles medios para mejorar, les digan. “això
són els anys” (eso es la edad)”.
El libro también expresa sus ideas
sociales. “Este libro es un verdadero MANUAL DE DESOBEDIENCIA, de deseducación,
de invitación a levantar el culo de la silla para luchar contra un sistema que
se sirve de nuestra afición al consumismo para enriquecerse… Un mundo mejor
es posible”.
LA DIETA DE LAS 3 ESES
TOMO I: Métodos de rejuvenecimiento clínicamente probados
TOMO II: Manual de desobediencia
La Dra. Palacín nos presenta su libro autoeditado (2019)
en dos tomos donde nos comparte un recorrido autobiográfico, sobre sus
investigaciones en biología, salud y medicina, integrando su dimensión social.
TOMO I: Métodos de rejuvenecimiento clínicamente probados
A lo largo de mi libro les iré dando “deberes”, es decir,
les aconsejaré lecturas, documentales y películas, alguna de las cuales
constituyen nuevos paradigmas, caminos sin retorno desde el punto de vista
intelectual y/o humano. Si me hacen caso en todas mis sugerencias, emplearán
mucho tiempo y al final será como si hubieran hecho una carrera universitaria,
de tanto que habrán aprendido, como yo estoy aprendiendo de todos los amigos
que me dicen: “¡Montse, mira este documental, lee este libro!” Y les hago caso.
Luego es importante saber cribar el grano de la paja y, en esto, soy una
verdadera artista. Por lo tanto, abróchense los cinturones, pues se trata de un
máster con verdadero contenido, donde lo menos que importa es el título.
Dejemos los falsos másters para politiquillos de poca monta. Si fuera política,
¡arrasaría!
TOMO II: Manual de desobediencia
Este libro es un verdadero MANUAL DE DESOBEDIENCIA, de
deseducación, de invitación a levantar el culo de la silla y recuperar las
calles para luchar contra un sistema opresivo que se sirve de nuestra afición
al consumismo para enriquecerse.
Otras obras de la
autora:
Por una medicina respetuosa y sostenible.
Dra.
Montserrat Palacín
Este libro nos hace
reflexionar y nos obliga a plantearnos muchas cosas de la medicina actual en
su concepción de la enfermedad, así como en la aplicación de sus
tratamientos.
Es una extraña mezcla de
autobiografía y ensayo, escrito en un estilo periodístico directo, sin rodeos
ni ambivalencias y contiene fragmentos de lección magistral. Los temas que
toca son absolutamente diversos y cada capítulo es completamente diferente aa
anterior, puede variar desde una disertación sobre la neurosis pasando por el
amor, el sexo, la crueldad hacia los animales… hasta el fin último del
trabajo.
Su espíritu crítico lo ha
convertido en altavoz de los sin sentidos de la medicina actual, denunciando
el desinterés de esta para la nutrición y su relación con las enfermedades
degenerativas; la falta de respeto a la fisiología del parto; el peligro del
consumismo médico …
En definitiva, un libro
atípico, difícil de etiquetar, que no pretende sentar cátedra sino tomar
conciencia de las miserias y grandezas de este camino tortuoso que constituye
la vida.
Datos del llibro:
Editorial Cedel (1ª edició, 246 pàg.)
P.V.P. 14 € más gastos de envio
Philipe Souchard: diálogos con un maestro.
Dra.
Montserrat Palacín
La
doctora Montserrat Palacín es una médico inconformista y desobediente. Si no
lo fuera, no hubiera conocido a Philippe Souchard ni le dedicaría el presente
libro.
Como
indica su título, constituye, desde el principio hasta el final, un diálogo
virtual entre alumna y maestro, con un ritmo constante y una intensidad in
crescendo, como el genial Bolero de Ravel. En cada capítulo analiza los
aspectos que le parecen más relevantes de sus enseñanzas, haciendo una
extrapolación a otros campos de la medicina, de la ecología y, en definitiva,
de la vida.
Datos del llibro:
Editorial Abadia – Col·lecció
Pensaments
P.V.P. 15 € más gastos de envio
http://www.ctg-mpalacin.com/index.php