El estrés postvacacional es un síndrome que padecen algunas personas al volver de las vacaciones. Una estancia demasiado prolongada fuera del entorno habitual y del ámbito del trabajo, puede provocar que el comienzo de la cotidianidad se torne en una situación estresante. Los expertos aconsejan tratar de afrontar la nueva situación de una forma positiva y paulatinamente.
Recuperar los hábitos de sueño suele ser lo más dificultoso, sin embargo podemos intentar ir acostándonos antes y levantarnos un poco más temprano cada día para ir cogiendo el ritmo. Al principio de la actividad es posible sufrir un pasajero insomnio ocasional, pero con el tiempo debe desparecer, en caso contrario es recomendable acudir a un especialista.
La carga de trabajo inicial ha de intentar ser leve al principio pues si nos desbordamos desde un primer momento facilitaremos que se produzca esa situación de estrés que queremos evitar. Hay que tomarse el tiempo necesario para adaptarse, y probablemente si hemos desconectado nos costará bastante más.
Es bueno y recomendable aplicar alguna técnica de relajación. Podemos aprender alguna y dedicar 10 minutos al día a este hábito. También es muy importante saber respirar. La respiración controlada ayuda a rebajar los niveles de estrés, de modo que tal vez te interese acudir a un experto para que te enseñe este método.
Otra opción es la homeopatía, que también se emplea para el alivio de lo síntomas del estrés y la ansiedad y los trastornos del sueño asociados. Podemos recurrir a esta terapéutica en cuanto seamos conscientes de que tenemos estrés, por ejemplo si nos sentimos más irritables o nerviosos, más apáticos y tristes, con menos capacidad de concentración y, en general, sin ganas de hacer nada.
Un profesional de la salud formado en homeopatía será el experto que mejor nos asesore sobre qué tratamiento es el más apropiado en función de nuestro grado de estrés o ansiedad y nuestro estado de salud en general. Normalmente suelen ser situaciones temporales, que siguiendo esta serie de recomendaciones no tienen que transformarse en un trastorno de salud grave.
El estrés postvacacional es un síndrome que padecen algunas personas al volver de las vacaciones. Una estancia demasiado prolongada fuera del entorno habitual y del ámbito del trabajo, puede provocar que el comienzo de la cotidianidad se torne en una situación estresante. Los expertos aconsejan tratar de afrontar la nueva situación de una forma positiva y paulatinamente.
Recuperar los hábitos de sueño suele ser lo más dificultoso, sin embargo podemos intentar ir acostándonos antes y levantarnos un poco más temprano cada día para ir cogiendo el ritmo. Al principio de la actividad es posible sufrir un pasajero insomnio ocasional, pero con el tiempo debe desparecer, en caso contrario es recomendable acudir a un especialista.
La carga de trabajo inicial ha de intentar ser leve al principio pues si nos desbordamos desde un primer momento facilitaremos que se produzca esa situación de estrés que queremos evitar. Hay que tomarse el tiempo necesario para adaptarse, y probablemente si hemos desconectado nos costará bastante más.
Es bueno y recomendable aplicar alguna técnica de relajación. Podemos aprender alguna y dedicar 10 minutos al día a este hábito. También es muy importante saber respirar. La respiración controlada ayuda a rebajar los niveles de estrés, de modo que tal vez te interese acudir a un experto para que te enseñe este método.
Otra opción es la homeopatía, que también se emplea para el alivio de lo síntomas del estrés y la ansiedad y los trastornos del sueño asociados. Podemos recurrir a esta terapéutica en cuanto seamos conscientes de que tenemos estrés, por ejemplo si nos sentimos más irritables o nerviosos, más apáticos y tristes, con menos capacidad de concentración y, en general, sin ganas de hacer nada.
Un profesional de la salud formado en homeopatía será el experto que mejor nos asesore sobre qué tratamiento es el más apropiado en función de nuestro grado de estrés o ansiedad y nuestro estado de salud en general. Normalmente suelen ser situaciones temporales, que siguiendo esta serie de recomendaciones no tienen que transformarse en un trastorno de salud grave.